Estos días no sé por qué estoy haciendo muchísimas recetas de repostería, cosa que no debería, hay que quitarse los kilitos de más de esta Navidad.
En esta receta también pretendo aprovechar un glaseado que me sobró del pastel de chocolate, así que sin dudarlo me puse a hacer estas fantásticas magdalenas, que están BUENÍSIMAS.
160 gr de harina
60 gr de cacao, yo usé Valor
2 cucharaditas de bicarbonato sódico
1 cucharadita de levadura tipo Royal
1 huevo grande
260 gr de azúcar
180 ml de leche con una cucharadita de limón
80 gr de aceite de oliva
Precalentamos el horno a 180 º mientras preparamos la masa de las magdalenas.
En primer lugar ponemos en una jarrita la leche con el zumo de limón y dejamos reposar.
A continuación tamizamos en un bol la harina, el cacao, la levadura y el bicarbonato sódico. Es súper importante tamizar la harina para que la repostería quede bien. Añadimos el azúcar y reservamos.
En otro recipiente echamos el aceite, el huevo y batimos hasta que este todo bien mezclado, incorporamos la leche que habíamos reservado y mezclamos de nuevo hasta que esté todo homogéneo.
Por último vamos añadiendo sin dejar de remover la mezcla líquida a la harina y el azúcar, y removemos hasta que la masa esté bien integrada.
Ahora es el momento de rellenar las cápsulas de las magdalenas, os recomiendo que la mezcla no sobrepase 2/3 del papel. Metemos en el horno 20 minutos o hasta que el palillo nos salga limpio.
Una vez horneadas, las ponemos sobre una rejilla para que se enfríen. Este truco lo conocí hace poco en el showcooking de Alma Obregón, y se hace para que no se humedezca la base de las magdalenas.
Cuando se hayan enfriado les ponemos por encima el glaseado de chocolate con una espátula, y si lo preferís podéis dejarlas así sin más, que están bien buenas.
Cocina con pan 